Esta terrible necesidad al
hallarse sediento frente al mar
y esta frialdad que hierve en mi interior
es un sol que explota y se metamorfosea
en un ave extraña.
Las horas pasadas son ya desiertas
son victorias a la luz de la luna
sobre cuerpos que yacen extintos,
Esos cuerpos son alientos que se han vuelto fantasmas
en forma de sombras y de alucinaciones: Moscas al rededor
de la carne podrida.
La oquedad se agazapa
en forma de león
es la fina y preciosa silueta de la locura.
Inevitable marea que arrastra
a las formas hasta devorarlas
y el punto exacto donde todo se consume
es un precipicio llamado olvido.