Lindo dìa otoñal caminando por la plaza de la ciudad
con un sol a medio calentar y las hojas de los àrboles
bajan para alfombrar, los espacios vacíos y colorear.
Me siento en un banco mientras prendo un cigarrillo
mis ojos a lo lejos, pueden divisar un lindo abrigo rojo
que le acompaña a su carita angelical.
Solo se puede divisar un par de zapatos de charol, los tacos de aguja
con un buen largo, suenan al caminar, se acerca muy despacio
con un fino andar, una sonrisa a flor de labios un tibio pestañar,
me mira de reojo y pasa en silencio calmando su paso,
como invitándome a pasear. la sigo con cuidado apagando el cigarrillo,
me acerco muy despacio regalándole un suspiro
se detiene y me pregunta,¿Cansado? quise contestar,
calle mi boca,pero solo la pude saludar.
Una tierna voz de sus labios floreció,
en mi sonrojada mejilla un beso me dejo
siguió su camino que en medio del gentío la vi perder,
quedándome mudo y triste
pensando en la mujer bonita, que en un santiamén se me fue.