Mirar un bello cuerpo de exquisita mujer
Es sentir la pasión de un muy fugaz placer,
Disfrutar la presencia de una sutil belleza,
Una obra sublime que a tu alma le da vida,
Es mirar hacia el cielo, esa estrella perdida,
Un cometa fugaz que mostró su realeza;
Disfrutar la amistad de ese ser tan sincero,
De esa fuerza sutil, de ese gran pebetero
Que te aroma el momento con sublime verdad,
Que por siempre te salva y te entrega su amor,
Esa sabia palabra que te alivia el dolor
Esa gran esperanza de pureza y bondad;
Es entonces que encuentras ese gran fundamento,
Es hallar ese mágico y divino sustento,
Que jamás pasará y será cual camino
Que te lleva a la paz, a entender la razón
De por qué un gran amigo le da fe al corazón
Y te muestra del mundo lo infernal y divino…