En mi trono yo me siento,
y yo mismo me lamento
de mis consentimientos
que salieron por mi aliento.
Mas sabiendo yo el fallo,
se me hizo el mes de mayo.
Yo ya estaba podrido
y asentado en el vacío.
Recubierto por un hilo
de seda y tela ya tejido.
Me expulsaron aun asilo,
por la envidia del cretino.