Nadie que se crea tocarla la toca.
La justicia vive con humildad
en rincones mas alla de lo prohibido,
se viste de luto al ponerse a faenar.
Cuando ella se decide a dictar,
no hay sabiduria de hombres
capaz de levantar la cara replicandole.
Aunque quieras darte a la fuga,
corre veloz atrapandote en la carrera.
Ella siempre gana la partida,
no lleva reloj en su muñeca,
falta de arrugas, sin edad,
no le pesan los años ni caduca.
Se alimenta de un mismo regimen,
multiplicador de brazos, el justo.
Esbeltas piernas, inmensas fuerzas
convierten su musica en eterna.
Siempre asida a los talones de cada vida.
Valientes muriendo por razones de otros,
cobardes mediocres creyendo ver el cielo
oculto, entre abismos y penumbras para ellos,
confundiendo la luz con grandezas terrenales .
Juicios y sentencias condenando
al erijido como juez o verdugo,
convirtiendolo en culpable con castigo.
El pago reciproco multiplica sus acordes,
una guitarra siendo punteada anotando...
que la justicia, suele ser invisible
pero firme, locuaz y consistente.
La respuesta esta en la brisa,
esta en el polvo, en el viento,
en esas espigas de trigo,
en lo inmovil y estatico,
rodando dinamicamente,
inmersa, bañandose con lo fluido.
Tambien en una aparencia estancada,
anda encerrada en el santuario
del ser mas incredulo, del mundano,
del atrevido, cruel o temeroso,
del valiente, osado o altanero,
del ufano traidor y del sincero.
Un cazador ha sido sin saberlo,
hallando respuestas, cazado.
Hoyos cavados para enterrar al muerto,
hunden enterrando las suertes del vivo;
y al enterrarlo claman los silencios
alzandose claman a gritos, tan solo...
tan solo...mueren los incredulos necios.
Los escepticos no creyentes
faltos de corceles alados,
carentes de magia, ilusos,
cayendo en triste olvido,
pierden la gracia de duendes,
dones, hechizos y sortilegios.
Ateos reniegan desconociendo,
causa y porque de su ateismo.
Indefinidos ateos cargando la cruz,
hecha por un pesado interrogante
compañeros de la contradiccion.
Creyentes con sus actos confesando
bajezas y vilezas, carentes de fe,
hipocritamente aferrados e inscritos
en la iglesia pidiendo, suplicando,
presentando tan solo en palabra
al arrepentimiento en la confesion.
Remarcando vistosamente sus vidas
con brillantes luces de neon
malentendiendo lo primigenio
eluden los origenes animistas.
En el fondo creyendose unicos,
dioses del azul universo celestial,
amos e incluso angeles caidos
venidos a menos, por su propia voluntad.
Comulgan todos ellos,
ateos y creyentes,
en la fe, una y otra,
son las dos solo fe,
por el miedo a estar solos.
Piensan entonces
que el punzante dolor
y la arida muerte,
al llegar solo alcanzara
a esas insipidas ajenas
medias verdades de otros.
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"La magia no aparece de ninguna chistera, resplandece solo en aquel que de verdad cree en ella y la espera"