¡CARICIAS JUGUETONAS!
Y por qué habría de negar, mujer que te quise tanto
y tampoco por pesar haré aflorar el orgullo;
podré confesar ahora que también me cubrió el llanto:
¡Tanto dolor en mi pecho, hizo crecer un capullo!
Inventario quiero hacer por los momentos felices,
no le daré espacio al odio por los momentos amargos,
también sobre nuestro tálamo volaron muchas perdices:
¡Por todo yo te deseo tengas buenos días largos!
Lo vivido entre los dos ya nadie podrá borrarlo,
la fogata que encendimos fue el tiempo quien la apagó
y tengo mucha razón para este amor recordarlo:
¡Ya la cizaña, por fin, nuestro perdón la cegó!
Desprovistos de rencor hago parir estos versos,
la pluma tiñe el papel con caricias juguetonas,
recojo aquellos recuerdos que por ahí van dispersos
¡Y tú también musa mía, al bardo, sabia perdonas!
El día que nos encontremos, he de mirarte de frente,
fijando en todo tu rostro, la claridad de mis ojos,
he sabido ser, lo juro, un varón recio y decente:
¡En mi alma ardieron todos, los rencorosos abrojos!
En este cuarteto acaba, el esperado inventario:
¡Sin un ápice de quejas, quedamos libres de dudas;
utilizar podría entero, nuestro hermoso abecedario:
¡Pero quiero renunciar, a innecesarias ayudas!
JAIME IGNACIO JARAMILLO CORRALES
Condorandino