Hola viejo. Para todos te fuiste, pero yo sé que estás aquí. Presente. Como siempre. Cuidándonos. Cabrero como eras, tenías un corazón de oro. Todo lo hacías con pasión. Para mí eras invencible, pero la parca derrumbó mis sueños. Sabés, te escribo porque es la única manera que tengo de llorarte. De derramar lás lágrimas que me guardé cuando besé tu frente fría. Hoy es el primer día del padre que no estás presente. Tu nieto habla de vos. La vieja anda triste. Te extraña. La llamo tres veces por día para acompañarla. La distancia es jodida. ¡Que te lo voy a contar a vos!. Yo te dejé en 1 y 57 como me pediste. Te cuento que me costó. Un ortiba de la obra no me dejó pasar. Y como en los viejos tiempos no me quedó otra que colarme. Me escurrí como pude entre los camiones, hasta que llegué al lugar de la ochava. Allí, donde compartíamos alegrías y tristezas de domingo por la tarde. Está cambiada, viste, pero va a quedar hermosa. Cuidala. Cuando la inauguren voy a estar con vos. Te espero en el mismo lugar. La brujita te trajo al chapu, como vos querías. Mirá que regalo te hizo el pincha. Te extraño papá.