Si eres sensible
como una rosa
como una gota de agua
al caer sobre el desierto
como el corazón de un niño
como el viento fresco de las tres
como un beso franco en tu mejilla
en una noche de pasajeros
como la noche estrellada
de luna y de amor
como el arrullo de la cascada
cuando el corazón te late
el recuerdo de aquel momento
como tu almohada fiel,
enjuga tus lágrimas
y espera en el eterno silencio
al pasar los años
cuando tus hijos e hijas
y lo hijos e hijas de tus hijos
te digan abuela, entonces
si eres sensible
habremos salvado al amor.