¡ESTÍO!
Musa de todos los tiempos no me aplaces más la cita,
ven de nuevo a acariciarme en las profundas entrañas;
que no quiero entre mis manos deshojar la margarita:
¡De mi mente retiré el musgo y las telarañas!
Mi pluma anhela el regreso a estas huérfanos manos:
¿O tendré que ir al Parnaso a que me hagas la visita?
¿Acaso no te das cuenta que nací entre los humanos?
¿O quieres que en la sequía mi pobre alma se derrita?
Te quiero por compañera ya que el mundo es un engaño,
si te inferí alguna ofensa no me pases más factura,
acaso no ves que el mundo ha querido hacerme daño:
¡A los mortales les pido de estos versos dar lectura!
Danzan aquí entre mi pecho tus caricias estro mío,
quiero que todos lo sepan cuanto mimas tú al poeta;
de nuevo entonces te pido se termine ya este estío:
¡Porque construyendo versos he de ser cual un atleta!
¡Porque llegaste al encuentro cuanto alborozo presiento!
la prueba son estos versos que de a poco voy tejiendo;
y de luz también llenaste las fibras del pensamiento:
¡Razón poderosa es por la cual yo me sorprendo!
¡El secreto ambos sabemos, qué es darle vida al poema!
las sílabas van cobrando poco a poco vida nueva,
y se juntan una a una para disponer el tema:
¡Y es así como de ambos el sello la obra lleva!
Por un río de aguas mansas nuestra balsa ahora avanza:
adentrarnos en la mar luego sin temor podremos;
allí está Poseidón aguardando con su lanza:
¡Y poder al fin gritar que juntitos venceremos!
JAIME IGNACIO JARAMILLO CORRALES
Condorandino