A mi agigantado sueño,
tu imagen se incorpora
eres amor la única razón
de mis brillos matinales
cuando la noche juntos
ha sido un cumulo de festivales
de abrazos tibios y sensuales
entre tu beso y mi beso,
entre tú y yo la mañana
ya no se demora.
Vienen los tiernos momentos
que nacen de la aurora,
despertando a tu lado
hay mañanas excepcionales
de brisa en el balcón,
y vapor en los cristales
donde juega la luz,
tan tenue en esa hora.
Te contemplo a mi costado
en el último letargo,
me bebo tu quietud;
cuido y el abrazo alargo
para de tu lado no partir,
duerme amor mío, duerme
no te despiertes todavía,
sigamos siendo uno solo
en el enredo de carnes
que entre sabanas se dibuja,
sigue dormida hermosa mía
que tu sueño tal vez obligaría
a la mañana a resignarse a huir.