Cuando era niño tuve un sueño
el destino con su dedo me indicaba mi camino,
de reyertas y de espinas, de pendientes y de cimas
...Y me fui por mi camino.
Nada será fácil solía decir mi abuela
con su acento tierna y grácil,
la sonata melodiosa que al oído satisface.
...! Ay mi vieja ¡ , de seguro presentías,
que ese niño volaría desplumado y sin abrigo
de tu lado...Algún día.
Y de pronto aparecía ese viejo regañón
con consejos que sacaba del fondo del corazón.
- Soy tu abuelo y soy tu padre, por fortuna para vos.
El que respeta a sus viejos, siempre está en gracia con Dios.-
...Como extraño aquellos días, como extraño a esos viejos,
el amor en sus miradas, sus regaños , sus consejos.
Hoy mis pasos surcan lentos , pero firmes en el suelo,
como decía mi vieja, y como lo hacía mi abuelo.
Autor : Carlos Roberto Reyes Paz
Choluteca, Honduras.