De millares de pasos
De millares de pasos acechando en el silencio
caducan mis piernas a la paz de tu presencia,
ahogado vivo creyendo tus palabras
y solo eres vasto océano de mi cruel sentencia.
Te encuentro bajo las olas como una sirena pasajera
envuelta en un paisaje de canas encrespadas.
Amor, como el aire que ya no respiro,
como estas hojas ya desechadas.
Ahora que te muestras con tus ojos semivacios
salvajemente te arrastro hasta la tumba de mi alma
y solo ahí te vez muerta cargada de falsas rosas,
como tu pérfida sombra que se halla en calma.
De millares de pasos acechando en el silencio
me desnudo en tu boca vestida de melancolía
hasta los hombros esbeltos de llana piel
que tan solo hoy gritan rebeldía.
Pero soy un esbozo de mi rostro, idioma
el cual ningún beso ha podido habitar
Imaginada canéfora, esculpida belleza
pequeñas calles, ningún bulevar.