Antes de morir encerrado
en su tiempo líneal y de cosas viejas
con sus labios asustados de niño
Sus manos ciegas
rompen los sueños en la oscuridad
Atrapado y en la extrema delgadez del plato,
en medio del quiebre,
cerrando caminos y a destajo abriendo tormentas
Solo se encuentra en el gran agujero
del cuerpo y la palabra.
A puño y letra en codificadas confesiones en prosa
y en latigazos de palabras decanta,
las viejas y malas costumbres
Ingenuo, juega a la hoja en blanco
y sin saberse, otra vez delata los grises de sus manos,
el hambre y la sed, la falta y la carencia
El miedo y el odio
Tremenda incertidumbre desbordan,
consumen su luz, la piel y su mente
Voces pariendo traiciones
Voces cantando a la hora del diezmo
Voces y traiciones vistiendo desnudeces impúdicas
de pobreza, miseria y la estafa de un don nadie,
robando sin ley, en el abismo de la letra
y en ese espacio vacío donde muta,
tan solo muta, una y otra vez
en ángel caído, sin alas ni madre
en llanto de niño reseco, sin remedio ni amor
en el ensordecedor silencio donde las estrellas erran,
pervierten y solo es... sus manos ciegas
Mané Castro Videla