Diálogo mudo
La tarde
se había vestido de gris,
en el cielo lentamente
iban apareciendo
densos nubarrones
que anunciaban tormenta,
yo estaba sola y el miedo
se apoderó de mí,
y un fuerte escalofrío
estremeció mi cuerpo,
¡cuando de pronto!
una luz cegadora
invadió todo mi ser,
cerré mis ojos
con un temor inmenso,
quería huir de ahí
y no sabia que hacer,
pero poquito a poco
fui retomando la calma
mi corazón
dejó de palpitar acelerado
y la tranquilidad
me acariciaba el alma,
y otra vez tú,
emergiste repentinamente
de ese campo de nubes,
asomando tu rostro
y pude sentir como fijamente
me observaban tus ojos,
esos ojos que parecen dos luceros
y que en su brillo guardan
la dulzura y el amor,
esos ojos de mirar sereno
que saben expresar en silencio
todo el sentir profundo
de tu corazón,
por eso cielo mío es que yo
amo esos bellos ojos,
porque tienen la cualidad
de hacerse entender
sin tener que decir nada,
porque a través de ellos
tu y yo podemos conversar
en un diálogo mudo
y sin palabras.
Melancolía