Diseñame en el cuerpo del día
debajo del tiempo en un beso
donde mis pasos cuentan el suelo
de sueños y recuerdos esenciales.
Diseñame en la ternura de tus ojos
en la poesía de tu boca
en el aroma que viste una flor
y hace del día una maravilla.
Diseñame como agua fiel
en las arenas del mar
incesante mi corazón obrero
resucita al amor.
Diseñame a media voz
en el canto de tu espíritu
que solo es sinfonía
en el violín de tu sonrisa.
Rosa María Reeder
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