Te escribí cuando dormía el tiempo,
cuando la lluvia mojo la tierra,
te escribí en el silencio,
en la penumbra fría de mi soledad,
cuando las horas se detuvieron,
cuando lloraba la luna,
en el último segundo de algún tibio palpitar,
te escribí como un lamento,
desesperanzado,
insensible,
incierto,
agotado del sentir,
te escribí….
por no quedarme muda,
por no callar,
por no dar muerte a la inspiración,
cuando el suspiro se lo llevaba el viento,
cuando el alma no tocaba el cuerpo,
por no quedarme quieta,
inmóvil,
sin alientos,
nula de emociones,
te escribí por el recuerdo,
por la ausencia que provoca,
la nostalgia que estimula,
y como un eco que grita,
se escucha irremediablemente,
hasta inducir al verso a renacer,
respira la poesía,
y emerge de la nada,
un sentimiento que busca su morada.
Colombiana.-