Los tiempos de María
María sale como todos los días, tiene la rutina
Incorporada, casi automatizada, ha dejado que
su ritmo, sea controlado por sus obligaciones
y sus emociones, le reclaman una acción
intempestiva, algo que pueda hacer, para
romper su monotonía, que ya la asfixia.
Cambia su recorrido y busca ir
por otra avenida peatonal, compra un libro, le
interesó el título, se identifica con él, curiosamente...
su título es “María, la del barrio”, ella vive en zona
céntrica, y casi sin contacto con la gente que la rodea,
muy diferente a la protagonista del libro,
que vive vinculada con todos y conoce la historia,
de sus vecinos.
María, sentada en un bar, ha leído ya tres capítulos,
olvidando sus tareas, se disculpa diciéndose a si
misma, soy dueña de mi empresa, puedo tomarme
la mañana , cierra el libro y sigue con su trabajo, para
leer y estar cómoda había apagado su celular, distraída,
y al no recibir llamadas y por la hora que era, recuerda
y lo vuelve a poner en funcionamiento
Las llamadas, comienzan a sucederse, su responsabilidad
la devuelve al mundo real...
Llega a su estudio, tenía tres consultas, desde las 16 hasta las 18hs,
su secretaria tenía
un informe judicial transcripto, para presentar en tribunales,
en el juzgado CIRCUNSCRIPCION JUDICIAL NRO. 1 , a las 8 hs,
del día siguiente , iría acompañada por su cliente.
De hecho, tenía que hacerle recordar al mismo, una
llamada por su secretaria, bastaba, para que
firme el poder, y llevar la causa.
Almuerza simple y liviano, unas tostadas con fetas de jamón y queso liviano
Un exprimido de frutas, se lava sus dientes. Y se desploma en su sillón reclinable
II
María, desea seguir leyendo el cuarto capítulo, donde su homónima, vive
tan sencillamente, que hasta siente un dejo de envidia.
...Pensaba como podía trabajar, cuidar hijos, atender su casa y salir.
Entra en un problema, este libro la llevó en unas horas, a plantearse…
Qué era lo que no hacia bien?, mientras la protagonista de la novela vivía,
tranquila, ella estaba presa de sus obligaciones.
Ya eran las 15, 30 hs, entra a su despacho la secretaria, con el informe.
Cierra el libro, y le pide que la comunique con la editorial, para conocer
el autor/a de esta novela, la secretaria, queda sorprendida, pero sin decir
nada responde a su petición
Siendo las 16 hs, le comunican por el interlocutor, que la Sra Fernandez,
ya llegó y que está en la sala de espera.
Se arregla su saco rojo se acomoda su pantalón, es delgada y de figura
estilizada, su cabello sostenido con una inmensa hebilla, hace pasar
a su primer cliente, mira la ficha de esta persona, nueva del estudio
y la saluda con cordialidad y así sigue hasta su última consulta.
Solo falta que vengan a firmar el poder, y se irá a leer el penúltimo
capítulo del libro, que durante todo el día, la había abstraído.
Antes de prepararse la secretaria para retirarse, le lleva unos expedientes
Y le dice que la editorial, le dio, el correo electrónico del autor de la obra, tarea
que ella le había solicitado; Toma su portátil, y comienza a abrir su correo
personal, le solicita al autor que le dé una
entrevista.
Cierra su notebook, se pone su campera, cierra el estudio y sube al
tercer piso del mismo edificio, donde está su departamento.
Ya dentro de su casa, prende su televisor, se dispone a informarse
Se queda dormida, mientras miraba el informativo, enojada
como buena auto-exigente que era, apaga el aparato, se
cambia su uniforme, como sabe decir, por una bata cómoda
revisa su correo, y con gran sorpresa, tiene respuesta del
autor de la novela, el escritor le da una entrevista,
Al día siguiente, en una dirección para ella conocida, es a dos
horas de la ciudad ,a la 13hs. del día siguiente, todo dibujado.
Como si alguien le hubiese dictado los horarios, se ajustaban
a los suyos, y realmente hasta tenía el tiempo para volver
para abrir el estudio a tiempo, posiblemente, con algunos minutos de retraso...
Se sentía tan ansiosa, que no comió, tomó una taza de sopa
de sobre, se ducho y trató de dormir, algo descansó, después
terminó de leer el último capítulo, quedó satisfecha, como
si fuera a rendir el exámen final de su carrera, estaba preparada para
preguntarle con fundamento al escritor, ¿Cómo hacia la
protagonista para vivir y disfrutar, atendiendo todos estos
grandes compromisos?...Esa era la pregunta, que se hacía
desde el día anterior, y que le había hecho hacer tantas locuras
como para entrevistar a una persona desconocida, de un personaje
sin mayores intereses, casi leíble con el nombre del libro,
Se arregla, tenía que ir al juzgado, sacó su traje y el maletín,
acomodó el informe leyó si estaba la carátula en orden, para
el correccional correspondiente.
En esta oportunidad se pone zapatos con tacones altos, y agrega
unas tenis, en el bolso de mano.
Sale de dpto. en hora y con un estado de inquietud, quizás después
de este encuentro, tendría la respuesta o por la locura, iría a un analista
IV
La mañana fue lenta, los secretarios del juzgado, estaban demorados,
así que todo se atrasó, estaba tentada por dejar de lado la reunión
con esta persona, e ir a descansar, pero tenía gran curiosidad, quería
saber en quién se había inspirado, para describir el personaje, si era
real o ficticio, así es, llama un taxi, se cambia los zapatos por
las zapatillas y va.
Reconocía las calles, algunos de sus clientes vivían por allí.
Es aquí Dra, le dice el conductor, le abro la puerta o quiere que la
anuncie, no le gustaba mucho la idea de bajarse, sin tomar algún
recaudo de seguridad, aceptó lo segundo, solo que pidió, que
dijera el nombre, sin dar pauta de su profesión.
El chofer baja, el portero eléctrico de la casa es contestado,
vuelve al auto, allí le pregunta a la pasajera si la espera,
asiente, solo media hora contesta, y baja, se siente nerviosa, ahora
querría retractarse, se inquiere, mientras se abra la puerta, una señora
le abre, amable con una linda sonrisa, pasa, le ofrece algo para tomar,
ella acepta un vaso de agua natural, se sienta en un amplió living, con
sillones de cuero, un cuadro pintado al óleo, parecido a “ Las meninas”
de Velazques , se abre media puerta de un gran comedor, allí ve un
hombre de mediana edad, que le sonríe con gran ternura, ella le
sonríe , sin dejarlo hablar, entra casi disculpándose,
sigue hablando, ya este señor, le ofrece,
con un gesto a sentarse, lo hace, y con sorpresa, ve detrás del escritor
un retrato, disculpe ella es María?, si esa foto es de mi María, la madre de
mis hijos, una abogada famosa, solo que hace unos años, partió de este mundo
Comencé a escribir sobre ella, por todo lo que me dio, de hecho usted, se le parece.
Claro María, era sencilla, no le daban los tiempos, a veces se
cansaba tanto, que decía, “Quiero saber cómo hacen otras personas,
para estar arregladas, siempre presentables..tomar un café en un bar”...
Fin
***Por un momento parece que deseamos, pertenecer
a otro lugar, hacer diferentes cosas, algo siempre nos atrae de otros…
María ahora querrá ser la de la historia, o tendrá ya su respuesta?...***
Nélida Moni