Heme aquí de nuevo,
sentado y dispuesto a plasmar mis ideas,
sin importar, lo que dice Charles Simic,
que mi efímera fama no irá más allá,
del reducido circulo de mi familia
y uno o dos amigos alrededor de unas copas.
No entiendo el porqué de la molestia
de los poetas \"mayores\",
no entiendo porque les causa escozor
que un puñado de poetas \"menores\"
escribamos y plasmemos ideas, sentimientos, vivencias.
Demasiada reconcomio hacia quienes
buscamos compartir un poco de nosotros,
aprovechando las ventajas de la modernidad,
sin buscar en ningún momento prebenda alguna.
No señor Simic, el mundo no cambiará por un puñado de letras,
ni usted dejará de vender los miles de libros que debe vender,
tenga por seguro, que ningún escritor de los que usted llama \"menor\",
pretende vivir de las letras, ni hacer competencia a su obra,
por supuesto, ninguno aspira a sus premios literarios.
Total, la Luna como todas las noches, seguirá saliendo,
las flores pese a nuestra irreverencia,no marchitarán,
el Sol a pesar de mis escritos, seguirá brillando,
las musas, sin importar mis letras, seguirán inspirando,
los corazones no dejaran de latir ni el amor de existir,
mucho menos se extinguirá la majestuosa naturaleza,
unas míseras letras no lograrán apagar el trino de las aves,
sería patético pensar que un escrito logre extinguir la belleza.
Al final del camino, aquel que gusta de las buenas letras,
por supuesto con un humilde servidor incluido,
seguirá leyendo a Neruda, Benedetti; Mistral, Unamuno,
quizá haya quien prefiera algunos más actuales como,
Laughlin, Blanca Varela, Elvio Romero, Francisco Azuela
o quizá hasta al mismísimo Charles Simic, con todo y su ira.
El Teporocho ®