Se divisa en el horizonte un cruce entre mil caminos, y un solo destino. Se detiene un momento, y erguida en su centro gira en su mundo de ensoñaciòn. Como es costumbre cada dìa, Marian se levanta apresurada, organiza la casa y se dirige a la oficina, nuevamente el colectivo tiene retraso, mientras observa la avenida comienza una leve llovizna. Finalmente ha llegado la unidad y una gran cantidad de personas suben a èl, unos viajan sentados otros viajan de pie. El pavimento hùmedo a causa de la llovizna provoca una colisiòn, el conductor de la unidad colectiva pierde el control del volante por un momento y pronto lo recupera, sin ocasionar ningùn daño, salvo el susto que vivieron todos sus ocupantes en ese instante. Surgen los comentarios entre los pasajeros. -¡Caramba!, haber si tiene mas cuidado el pavimento esta mojado. Otro le contesta: -Es fàcil opinar cuando no se esta detràs de un volante, esta unidad en ningùn momento ha accedido la velocidad. Marian observa y escucha en silencio y dice en su pensamiento, \"a veces el ser humano, vive una constante contrariedad ¿serà la rutina causante de todo esto?, y yo me pregunto ¿para que?\". -Hola buenos dìas, veo que la llovizna ha ocasionado retrasos a mas de uno hoy. -Hola amiga, yo tambièn recièn estoy llegando, vamos por un cafè mientras llega el resto del personal. -Duvis tengo algo que contarte, tengo un sueño recurrente, es de noche y camino por una larga avenida que me lleva hasta una intersecciòn y cada vez que este sueño se repite tomo un camino diferente entre muchos que se ofrecen. -Marian que puedo decirte, al menos en sueños recorres distintos lugares, ya vez que la realidad de muchos a veces es otra. -Amiga ya es la hora vamos a trabajar. -Ves a lo que me refiero, a todos la rutina nos absorbe lentamente la vida. -Y claro que te entiendo Duvis. Y asì transcurriò otro dìa en la oficina, mientras Marian regresa a su casa y en el momento en que se dispone a descansar en el balcòn tomando su acostumbrado tè, -¡Vecina!, ¿como estas?. Marian reacciona con sorpresa, le hablan del balcòn vecino. -Hola vecina, todo bien ¿y tu y los niños como estàn?. -Pues lo mismo de siempre, ya sabes entre limpiar y cocinar antes de que los niños regresen del colegio se me va el tiempo. -Bueno eso es parte de la vida, y si es tu elecciòn seguramente lo disfrutas un montòn. -Pues no te crea vecina a veces me obstina esta rutina. -Claro y te entiendo, pero ten presente que tienes opciones, y los cambios forman parte de todo, a veces es bueno saltar de la pecera aunque caigas en otra siempre puede ser diferente. -Bueno vecina ya me voy a mis quehaceres los niños reclaman la cena, que tengas dulces sueños. -Fuè grato compartir este momento vecina querida. Marian toma su taza de tè y entra de nuevo en aquel sueño recurrente en el que todo es posible cuando lo trae al presente.
y la vida continua...