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¡Señor, ten piedad de mí...!
quiero que repitas ...
¡Señor, ten piedad de mí!
siente esa presencia...,
es Jesús,
está ahí,
en ti, ahí...,
repite....
¡Señor, ten piedad de mí!
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No cuesta nada orar,
sentir la presencia del Señor,
abrir el alma a la suave brisa,
sentir la paz que solamente
el Señor nos da.
***
¡Señor, ten piedad de mí!
Y el Espíritu Santo...,
habitará en mi vida...,
y todo cambia de color,
y allí,
donde había soberbia,
habrá una sola oración:
¡Señor, ten piedad de mí!