Santiago Miranda

Notas al pie del hijo de Aristón, Aristocles

Lo encontré en la derruida Siracusa
te encontraré entre las hojas aún
no devastadas por el tiempo
y tu mensaje viajará como un eco
desde el presente exclusivo el
de ser pretendiente del único posible 
tiempo existente a la orilla de este ilusionado flujo


Decía:

Sólo existe un poema perfecto (el único) 
que está (y es él) en el mundo de la belleza 
y los demás que están (hijos bastardos)
en el mundo insensible son copias (es decir)
suyas, tuyas, nuestras. imperfectas imágenes (aquel)
del trascendente original y absoluto (poema)

 

Habla de amor y de los días
habla de muerte y de silencio
es muy lejano a esto que escribo
y tu que ahora lees para entregar
sin reservas al olvido, tan lejano
es su concomitante extremo que
habla de memoria y consuelo
y sus caracteres son vírgenes
paradisíacas figuras no letras vulgares
comunicándose a través del silencio 
impoluto como una blanca gota 
de luz sagrada bajando por una página 
blanca

 

La razón a través
del bien dado 
por la razón
obvia no es
lo dado
bien
de la razón
que señala que
lo dado no es obvio
sino el supremo bien divino

 

Esto es lo que descubriremos a sus pies platónicos
el mediodía que erremos en el vasto pensamiento
piélago o desierto, donde la rapiña forja
sus leyes y en sus calles nos hacemos
a la fuerza los desconocidos