Una planta en la tierra crece,
llena de alegría y vida,
una pena que sea prohibida,
pues se lucra quien la abastece.
Usada durante la historia
por quien enfermedades padece,
por quien trabaja y merece
una sensación satisfactoria.
Sagrada es nuestra planta,
planta contagiosa de bondad
que incita a usar la razón.
Dulces aromas por mi garganta,
aromas de mera felicidad
que hacen volar la imaginación.