Que frágil susurro
me canta la mañana
entre dos palomas
claras, en mi ventana.
Aromas verdes, intensos
invaden los sentidos
unidos a frescos frutos
servidos en la mesa
todo es tan perfecto.
Reflejado en los cristales
tu cuello curvado, hermoso...
aferro la falleba, con fuerza
y sin querer, libero unas lágrimas
al saber de la fragilidad
de todo eso, que hoy es mío...