Mauro Enrique Lopez Z.

Vana ilusión.

Tenía una ilusión en ella

que fuera mi esposa,

soñaba y me despertaba feliz.

Pasaban los días dándonos amor

y tantas promesas que me hizo,

Hoy digo con mucho dolor:

me destrozó el corazón.

Doy gracias a dios que me quitó la pena

y hasta escribo versos de amor.