Sé que de alguna manera , me estás escuchando, Arantxa.
Ya lo escribiste un día:
\"Cuando yo muera
háblame bajito al oído
para poder llevarme
tu voz hasta el infinito\"
Qué lorquiano, como tú dirías…Sólo faltaba ponerle música y cantar..
Como aquellos otros versos que, hace unos días, encontré al lado de mis zapatillas como si la hoja se hubiera caído por descuido
“ Cuando yo muera
quiero volverme mar
y besar tus pies
cuando me vengas a buscar”
No sé si me lo merezco porque sabes que he cometido muchos deslices, que en ocasiones no he sido justo contigo, y ahora, viendo tu sufrimiento me he sentido terriblemente culpable.
En estos meses angustiosos, es cuando por fin te he conocido, cuando he comprendido la esencia de tu vida, cuando he logrado entenderte.
Cuando he logrado entender tus silencios, que en otro tiempo pensaba eran reproches , y han llegado a gustarme , a sentirlos míos
“ Me gusta cuando callas,porque estás como ausente
y me oyes desde lejos y mi voz no te toca” como decía Neruda
Cuando he logrado entender tu risa, a veces sin sentido, y que , en otro tiempo, pensaba te burlabas de mí. Y ahora no sé si podré vivir sin ella
“ Quítame el pan, si quieres,
quítame el aire, pero
no me quites tu risa.”
Como también decía Neruda en “Los versos del capitán”
Cuando he logrado entender tus versos, todos los que has escrito en secreto , en toda tu vida , que quizá antes yo despreciaba, y que ahora me han ayudado a soportar este dolor que me aguijona las entrañas .
Tus versos ,que he leído en estos meses de agonía, como ese testamento vital que escribiste y que no puedo sacar de mi cerebro
\" Cuando yo muera ,no lloréis ,
que falta no hace..
Cantad mis canciones preferidas
y que un aurresku alguien baile
al esparcir ,por el mar, mis cenizas
Cuando yo muera no recordéis
mis trabajos ni mis hechos
Recordad sólo mis versos
mis palabras, mi poesía
Porque es en mi letra escrita
donde está toda mi esencia\"
Te estás muriendo por fín, Arantxa
Por ese cáncer destructor que te machaca las vísceras, que se extiende dentro de tu cuerpo como raíces infinitas, que te impide respirar, comer ,hablar
Pero que no te ha quitado la palabra
Apenas te quedaba un hálito de vida , y aún así querías escribir y escribir
- Mientras me quede una brizna de pensamiento, decías, mientras me quede algo de fuerza para sostener un lápiz, aunque no me salga la voz , me quedará la palabra
Me quedará la palabra, me quedará la palabra… como los versos de Blas de Otero
Cincuenta y ocho años , ¡qué mala edad para morir!
La edad perfecta para disfrutar de la vida , ahora que los chicos son mayores, para hacer algunos viajes en los que siempre habíamos soñado. Estar tranquilamente con nuestros amigos, leer hasta casi quedarnos ciegos …
Recuerdo otros terribles versos de Otero, en “La tierra”
Pero la muerte, desde dentro, ve.
Pero la muerte, desde dentro, vela.
Pero la muerte, desde dentro, mata.
Que sé que has releído mil veces en estos meses y te los he oído decir bajito bajito para que no lo oyera nadie
Hace unas horas ha venido tu amiga Amaia, la anestesista y me ha dicho: “Este es el momento, según me dejó escrito Arantxa, ya lo sabes Javier”.
Te dio un beso, te acarició la cabeza , te cogió las manos .. Noté cómo su cuerpo se estremecía en un llanto inexpresado , aunque rápidamente se contuvo y te aplicó un montón de sedantes, de los que no quiero ni saber el nombre.
Son las cinco de la tarde
Y creo que no respiras..
Ya son las cinco de la tarde
Y creo que tu corazón ya no late
Las cinco en punto de la tarde
Y creo que ya se te ha ido la vida
Qué hora tan lorquiana para morir, Arantxa !
Son las cinco de la tarde
Las cinco en punto de la tarde