Morena, bota lejos el pandero,
es de noche y da principio el fandango
delirante;
con sus sones y cantos que fiestero,
le da sabor y ritmo con charango
crepitante.
Titilan las luces del antorchero,
que con el movimiento del huapango
acuciante;
sincroniza los sentidos que fiero,
nos moviliza extasiados al tango
concertante.
La noche puede ser bella, morena,
si la música por si sola alarga
los amenos momentos de estadía
fabulosa;
con el olor a pinos y hierbabuena,
perfume que mis sentidos embarga,
al tener tu cercana compañía
afectuosa.-
Por: Alejandro O. de León Soto
Tijuana, BCN. MÉXICO, Jun.27/16