Ella guardo su corazón en un cajón sellado. Busco en el armario sus mejores medias,
uso ligero y se pinto los labios del rojo más intenso,
delineo sus ojos y se puso vestido,
uso sus zapatos de tacón,
se miro al espejo y recogió su pelo en un moño elegante.
No sabia que le pasaba,
solo que esa noche no quería engaños.
Camino dos cuadras a un bar de mala muerte,
no se cuestiono la entrada,
se dirigió a la barra,
y ahí justo donde lo había visto hace una semana estaba, el misterio que tanto anhelaba.
No lo pensó, no dudo,
solo avanzo como si de una pantera se tratara.
Le acaricio la espalda sintiendo como se tensaba,
el estraño se dio la vuelta sorprendido por tales caricias y al encontrarse con sus ojos sus pupilas lo delataron,
la tomo por la cintura y la atrajo, unió sus bocas en un beso desesperado. Con el poder que recorrió su cuerpo,
una pregunta en su mente surgió, ¿Que hace un ratón de biblioteca jugando con un gato de callejón?
Pero no se detuvo,
tal vez mañana el conocimiento de lo que hizo la invada,
pero esa noche no.