Al final de un rincón de la oscuridad de esa habitación
Donde no se distinguían las sombras de nuestros cuerpos
Y la música hacia juego con el ritmo del sudor
Solo éramos nosotros quitándonos la sed.
Recorrimos horas para seducir los minutos
Que nos desnudamos desde los pensamientos hasta matar con los deseos
Eso que sabemos en donde acaban por final y no son besos únicamente
De un tiempo después de haber terminado todo fue sellado con un beso en tu cuello y unas caricias en los hombros descubiertos de aquella mujer.
La música paro
Las sombras se esfumaron
El rincón se vio solo sin nosotros
Y huyeron tras nosotros nuestros deseos
Para unirnos una y otra vez.
GdL.
En mi imaginación
26-06-2016.