Eras mía, eras de todos,
mas siempre te perdonaba,
te quise de todos modos
y las pruebas ocultaba.
Cada día me estrellaba
en brazos de tus mentiras,
ahora este amor admiras
y suspiras.
Soportaba tus engaños
y la fama de estar ciego,
pero al cabo de los años
te aburriste de este juego.
Apagado ya tu fuego,
esas cenizas que aspiras
te queman mientras respiras,
y suspiras.
Hoy las cosas han cambiado,
no debiste serme infiel,
mientras que yo he mejorado
tu te has quedado sin miel.
Arrugada ya la piel
en el espejo te miras,
y al verte sola te giras
y suspiras.