EL BOSQUE
Afortunado se siente el bosque,
oir animales con sus aullidos
y mirar pájaros en sus nidos
despertando vientos con deshojes
y escuchando el latir de los montes
ve que las gramíneas están huérfanas,
se lava el rostro con las luciérnagas
y ve subir y volar los grillos,
tiene el teatro de los acuíferos
con pantallas de las verdes ciénagas.
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No le tiene miedo a sus raíces,
acoge las aves en el ciruelo,
observa el partir de su riachuelo,
juega con bellotas de matices
y él hace fiesta con las lombrices
y aprovecha las hojas ya secas,
las rocas son sus costillas huecas.
En las tardes abriga el vergel
tocando notas del arambel,
al mirar las mariposas chuecas
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Se lanza por el acantilado
es pulmón de las musas del lago,
es la pureza de los relámpagos,
se duerme sin tener un calzado,
ve crecer el animal corvado,
le tiene cariño a su terruño,
es inhóspito de los arbustos,
le nace río, diáfano, lento,
con lealtad ama los insectos
y decora con vuelo de búhos.
Siomara Henriquez de Goldman
© 62516