En la duda me reafirmo
y pienso luego que existo.
La certeza me provoca:
¡siempre un fastidioso tedio!
Esta duda es a mí:
¡como la cresta a la ola!
Cuando dudo yo me acepto.
Cuando creo yo me niego.
Y entre dudar y creer:
voy dándole forma cierta
a mi caprichoso ser.
Cada que me desvanezco:
¡las alas me van creciendo!
y este Pegaso de adentro
levanta más alto el vuelo.
La ola besa la playa
como mi aliento al universo.
Ella se aleja pequeña
luego regresa embistiendo
con la fuerza de todos los luceros
y una boca sin contornos
la regala una cópula
de caracolas y estrellas
en un telúrico beso
de amantes feroces y eternos.
Cuando no estás a mi lado:
¡te necesito y te pienso!
Cuando te tengo conmigo:
¡deseo que estés muy lejos!
para en ti seguir pensando
y no matar mi deseo
con el roce de tu cuerpo.
Porque así como la ola:
¡me acerco y luego me alejo!
Y así seremos los dos:
¡eternos en el deseo!
Porque si en ti me quedase:
¡te negaría... y me niego!
Así como el universo:
¡me tiene... y yo lo tengo!
ambos guardamos respeto
sin importar que yo sea:
¡una errante y frágil mónada...
que él corona de misterio!
JAIME IGNACIO JARAMILLO CORRALES
Condorandino