Desperte del sueño de muerte, sentí el golpe de aire en el pecho para poder expulsar el dolor pútrido e infeccioso que crecía en mi interior, dolor que sangriento y purulento lastima, detiene. Dispuesto a extirparlo tumor maligno que carcome, amputarlo, pero no olvidarlo para que mantenga el rango de maestro, administrar el recuerdo de tan repugnante escena para que exista sólo a mí favor. Desperte y sentí como el golpe de verdad me brotaba en el vientre deforme y casi podrido, mire la destrucción de mi ser, la misión mantenerme vivo, invadido por gusanos que dictan que hacer, que me observan como si fueran más felices que yo, me levanté y sentí las piernas ,anhelos rotos como temblaban, las manos vacías sin caricias, sin monedas, sin semen sobre ellas como en mi juventud, la nada, la mirada perdida, sin el aliento de vida de un Dios que no me quiso conocer, \" Dios de amor\" jaja chale, mi boca seca sin saliva, sin besos que me decían, eran prohibidos cuando los quise dar, la piel muerta, seca como desierto, árida, la soledad, ni padre, ni hermano, ni amigo, tampoco hierba pa\' quemar, ni sustancia para olvidar el hambre, ya no estaba la piedad de aquella que me aventaba un pan, ni aquel que salía de su local para escucharme, ese que no lo movía el miedo y el asco , la niña blanca se los llevó, la imagino fría y ataviada de sangre, con la sonrisa del desprecio a mi ser, cuantos inviernos queriéndola topar, pero no tampoco ella, quizá mi olor, mi forma humana desecha por la pobreza, por la ignorancia la alejan y que me queda que seguir, seguir andando.