Hay que decirnos adiós
sin llantos y sin herirnos,
el error no fue mi culpa
la culpa los dos tuvimos
al ceder a la pasión,
o sería que el destino
nos acercó por azar
Nos llenamos de delirios
y no pensamos en nada,
nuestros dos cuerpos prendidos
se entregaron sin reservas
y vivimos un idilio
lleno de hilarante fuego,
mas hoy debemos concluirlo.
Fue como toda ilusión
que de pronto fue muriendo,
el fuego que antes ardía
se volvió débil y lento
y no puede ser posible
que volvamos a prenderlo;
supiste desde un inicio
que era temporal lo nuestro
que tenía que acabar
porque eraun amor incierto
y que eterno no sería
ni iba a durar mucho tiempo
porque eres mujer casada
y yo que marcharme debo.
Si te vienes a mi lado
es peor lo que te espera
te van a crucificar
con sus viperinas lenguas,
te harán sentirte indecente
tratándote de ramera,
y destrozarán tu honor
sin lástimas y sin penas,
dirán que eres muy malvada
porque a tu marido dejas,
aunque te digan señora
cuando de frente te tengan,
pues nunca comprenderán
lo que es pasión verdadera.
Por eso voy a dejarte,
no quiero destruir tu vida
el nuestro fue un gran amor
pero todo se termina,
así como comenzó
este día iba a llegar,
tenemos que despedirnos
de esta ilusión tan querida
que llenó dos corazones
de las llamas que prendían
esos deseos fogosos
que la razón siempre quitan
pero aparece de pronto
y los sueños de marchitan..
Quizás en nuestros caminos
volveremos a encontrarnos
y me mirarás serena
con tus recuerdos guardados
muy dentro del corazón
pero sin odios mal sanos,
y vas a darme las gracias
por dejar lo que soñamos
por que era gran desatino
el seguirnos engañando,
pensando no acabaría
ese amor que profesamos,
mas eres comprometida
y tu no debes dejarlo
y le tienes a sus hijos
que por ti están esperando.
Autor: Aníbal Rodríguez.