EDGARDO

La Dama de mis sueños

 

Taciturno mientras rechinan mis huesos sin reproche
Sueño alborozado en tu amor noche trasnoche
Diáfana y perfumada te grabas en mis fantasías
Llenando mi vida de sublimes sinfonías
Que no han sido escritas todavía
Embriagándome con su néctar de armonía
Seduciendo con su encanto el alma mía.

 

Desde las siderales noches de mi juventud

Tu presencia en mis sueños me ha robado mi quietud

Me has llenado de éxtasis con tu fulgor

Y te has convertido en bello sueño de este trovador

Hoy con gozo inefable, quiero arrancarte de mis fantasías

Y convertirte en una realidad anhelada, dueña de mis alegrías

 

Eres de mi alma enamorada la misma Venus

Por eso a mi Dios elevo mis ángelus

Por tenerte cautiva entre mis sueños todavía

Acompañándome en esta dulce agonía

Eres el poema que no escribió mi pluma

Eres la ilusión de mis sueños anhelados 
Eres el destello de un idilio en la bruma
Guardada en el silencio de mi habitación
Que mora en mis recónditos recuerdos
Eres la quimera eterna de mi corazón
Más, cuando el fulgente sol y la aurora dócil lleguen
Quiero despertar en el vaivén de tus brazos
Y embarcarme en el vagón de tu tren
A un lugar en donde podamos vivir nuestros sueños

Y aunque sea el último viaje que emprenda

Hacerte mía hasta que mi vida expenda.