Truena allá a lo lejos,
un sonido estridente y yerto.
Truena allá a lo lejos
la voz susurrante del viento.
Se acerca presta la tormenta,
como cuesta abajo.
Se acerca rápido por el este,
como si debiera.
Las gotas golpean las piedras,
las piedras se mojan.
Las gotas cuentan historias,
las piedras no se secan.
Para de repente. Ha parado.
Pero no ha parado del todo.
Su voz descansa, toma fuerza
y vuelve a desatar su rabia.
Y truena de ultratumba.
Y las gotas precipitan.
Y la voz no descansa,
la voz no está cansada.
El cielo lleno de nubleras
se las va quitando sin ganas.
Un pequeño claro de su azul
entre todo lo blanco muestra.
Y truena cada vez menos.
Y las gotas son más finas.
Y la voz se oye poco,
y se oye poco porque se aleja.
Los árboles que se tambalean
con gracia y sosiego cesan.
Las nubes desaparecen despacio
hasta convertirse en niebla.