Me rindo Señora,
a tu deslealtad, a tu poco aprecio a mis virtudes,
a tu escasa esperanza a mi persona,
y sin embargo tu infinita adherencia a tu hombre.
Me rindo Señora,
supongo que cuando él te falle, te acordaras de mí,
es propio de los seres sumisos el despertar de forma abrupta y desordenada,
con dudas y tratar de recuperar el tiempo y a la persona infravalorada.
Me rindo Señora,
a ser algo más que un buen amigo, un confidente o un buen paño,
intentaré no fallarte pero sabiendo mi lugar cerca de la nada,
ya estoy cansado con desidia y en el fondo aliviado ante tu conducta.
Me rindo Señora,
no busques en el mis virtudes, acéptale como es,
pero si al final no te gusta lo que ves, no entres en crisis,
es lo que tú has elegido libremente con tu alma.
Me rindo Señora,
ojala no te equivoques, ojala él te mire como yo te miraba,
siempre con respeto y cariño, siempre tu fiel apoyo ,eso sí de forma merecida,
ojala yo me equivoque y seas feliz con él y dichosa.