Monroy Gemio Pedro

DONDE ESTAS?


Los últimos destellos de su mirada,
su dulce sonrisa débil, reflejaban su actitud fatigada,
con toques de tristeza, pero sin amargura.
Cuando llegó la muerte, franqueando la entrada,
con paso irreversible y sin llamar a la puerta,
conoció que se hallaba al final de la jornada.
Lo dio todo en la vida
y pisando los umbrales de la muerte,
marcó un saludo más que una despedida.
En ese momento,
el cielo absorbió el postrer aliento,
y más fría quedo la tierra.
Me robastes lo que mas queria,
cruel, odiosa y caprichosa muerte,
apagastes su sonrisa y cerrastes sus ojos,
le robastes el alma en esa cruel mañana.
El órgano y la campana enmudecieron,
el ciprés centenario y la chopera,
pálidas rosas mustias hundidas en pesares,
revestidas de un gozo transitorio y ligero,
quebraron los montes contra el azul del cielo.
Transmitiendo las mismas sacudidas,
recrearon los sentimientos,
despertando nostalgias dormidas,
aquietando temores despiertos,
apagando ilusiones perdidas.

 

P.M Pedro Monroy Gemio