Ojitos claros me miraron
Sonrisa amplia e inocente
Tu voz acarició mi ser dulcemente
Mientras mi nombre hacía ecos en tus labios.
Pequeña niña despertaste en mí
Un instinto maternal que desconocía
Y al quererte descubrí
Un hambre nueva jamás sentida
Tus abrazos en mi cintura
Me llenaron de ternura
Enamorando mis sentidos
Con gestos que se adueñaron de mi afecto.
Eres inspiración de estos versos
Que sin verte, te pienso
Y sin hablarte, te siento
Eres la inspiración que descubría
Mientras este instinto maternal de mi emergía.
Eres hija ajena, pero te quiero como a mía
Cerrando mis ojos vuelvo a contemplarte
Aunque no seas parte de mi universo ni de mis días
Prometo mi niña jamás olvidarte.