Amarra la noche un día,
Y en sus respiros la promesa de la faena de un mañana
Que ciertamente incierto
Promete regalar la luz del tropical sol que todos los días
Peina nuestra tierra.
O tal vez la engañosa jugada de algunas nubes grises;
que de pasajera y taciturna vida empapan la azotada faz de la tierra en estos tiempos de mayo.
Así como pasa y me saluda la noche,
Le invito a mi guardia y servíosle un cafecito,
Mientras con calma le platico de la vida ciertas verdades.
Ya le decía de cierta niña, que con poca razón o sentir de hacerlo,
Llamose a atrapar desde el silencio mi sosiego y razones de narrativa;
Que a tal vez algunos 2 años, sigue haciendo en mi vivencias
aunque lejos de mi realidad transita.
Cuentole yo a la luna, como cierta mañana,
Empujado del deber llegué al haber de tanta dicha,
Como la que aquella mañana me introdujo a tan exquisita compañía.
Celeste, dijo su padre, cuando adjetivos buscaba
Para describir aquella Luz que desde pequeña sus días adornaba.
Aplausos este servidor ofrece a tan atinada mirada.
Pues así como contigo hoy me deleito,
Caminar de estrellas, hogar de la luna que risueña ahora en el Caribe te bañas.
Recuerda que de cuando en vez le pienso; Luz Celeste de mi alma.