Las luces iluminan las mesas de juego, todos quieren apostar entre la exitaciòn del momento todo escapa de control, al final de aquel pandemònium la casa se lleva todo. -Los encargados de la seguridad a la medianoche invitan a sus clientes a retirarse y regresar al dìa siguiente. Consternado sin saber que hacer decide caminar el largo trayecto a su hogar. Ha perdido todo el dinero de su salario incluyendo el ahorro familiar, mientras en su casa le esperan su mujer y un hijo producto de su matrimonio. Sebastìan piensa en voz alta, -\"¿y ahora que voy hacer?\". Escucha una voz interna que le dice: \"siempre hay otra oportunidad\". Solo eso le salvo de saltar de aquel puente. Al llegar a su casa le espera una gran soledad, su esposa ha decidido dejarle y se ha marchado con su hijo. Siente que su vida es un fracaso y se acosto en la cama con la ropa y zapatos puestos. Se levanta muy temprano y al salir a la plaza unos amigos le saludan. -Hola Sebastìan ¿no fuiste a trabajar?, ¡pero que cara tienes chico!, cuenta que es lo que te pasa. -Amigos he perdido todo lo que tenìa a causa de los juegos de azar, ayer me juguè hasta el ùltimo cèntimo, pèrdi el empleo, y mi esposa me ha abandonado llevàndose con ella a mi hijo. -Chico no quisìste escucharnos, tenemos una propuesta de Carlos si quieres puedes participar. -¿De que se trata?. -De ganar el sustento en alta mar. Nos vamos apenas amanezca. Y esa semana todos se hicieron a la mar. Pasaban los dìas mar adentro en espera de lograr una buena pesca. Una noche en que la tempestad azoto la barca, el naufragìo fue inevitable. Les declararon muertos al no encontrar los cuerpos las unidades de rescate. Sebastìan despertò entre las rocas, era casì imposible caminar entre ellas, las piedras cortaban sus pies como si fuesen cuchillos y lanzas, divisò una pequeña cueva y allì se refugiò un par de horas. Soñando despierta en las puertas de la empresa en que laborò por muchos años, y pasa por su mente al igual que una pelìcula gran parte de su vida, todos en la oficina celebraban el año nuevo. Allì conociò a la que mas tarde serìa la madre de su hijo, tras celebrar un gran matrimonio. Todo iba muy bien hasta el dìa que todo saliò de sus manos. Y ahora se encuentra solo en algùn lugar perdìdo en alta mar. Acaso es una especie de prueba o se trata de una mala pasada que le esta jugando el destino. Con los pies adoloridos sale de aquella cueva y entre unas rocas observa dos cuerpos, dos de sus amigos al igual que èl se salvaron, les ayudo a entrar a la cueva y hablaron de la tormenta. -¿Y los otros?. -Creo que se ahogaron, nos tomo por sorpresa la tormenta, tenemos que encontrar la manera de salir de aquì. -Pero a donde iremos, no te has dado cuenta que estamos en alta mar. -Este lugar debe tener alguna forma de vida, busquemos vegetaciòn, necesitamos agua para sobrevivir. Caminaron por horas y a lo lejos un grupo de arbustos levanto su animo, al llegar se resguardaron de los rayos de sol entre ellos y recordaron lo que era su vida antes de aquella tragedia. -Han pensado que al salvarnos milagrosamente de morir ahogados se nos esta ofreciendo otra oportunidad en la vida. -Yo lo perdì todo en los juegos de azar, y Rafael perdiò a su familia en un accidente, y a consecuencia de ello no querìas saber nada de la vida, y tù Carlos el dueño de aquella barca que se hundiò, te pasabas el tiempo lejos de tu familia trabajando todo el tiempo y no disfrutabas del calor familiar, ahora queremos salvar nuestras vidas a como de lugar. -Es cierto lo que has dicho Sebastìan, creo que se trata de otra oportunidad. Y siguieron caminando abrièndose paso entre los matorrales.
y la vida continua...