Herida...
va la tarde lentamente,
en nocturnos...
de angustia derramada,
de trémulo...
mi labio se enaltece,
entre brumas desprovistas
de lucero,
un aire...
un diminuto
ensueño engalanado,
me trae aromas
asaetados de cordura,
es el aura
lacerada de amargura,
entre piélagos...
deslucidos de aguacero,
un verso, un suspiro
se deshace entre quimeras,
olvidado...
de impúdica caricia,
es el crepúsculo
desnudado de mentira,
entre labios bendecidos
de agua y beso.