Fui poeta tan solo por un día,
quizá el vino escribiera por mí.
Solo sé que las palabras sentí
hervidero extraño de mi hombría.
Miraba al cielo y me sonreía,
cogiendo el papel salía de sí.
La pluma fluía cual dentro de mí
y escribiendo bello me deshacía.
No pensé jamás que fuera capaz
de plasmar con pluma lo que pensara.
Acaso soy un tonto muy sagaz.
Del campo a la escuela poco paseara.
Nunca destaqué por ser tipo audaz,
aunque en prosperar siempre yo pensara.