jesusguerrero

No somos fuertes, sino engaƱados con orgullo.

De noche luna sonora y arrecife cantan paz, 

tácito momento de revuelo atmosférico,

que ya he de sentir amoniaco en las arterias,

pues bajo un automatismo psíquico que en mi hiel se ancla,

ojos derretidos sobrevuelan la espalda y mis manos dotadas de nubes,

sonrojan a la magullada y quebrantada cara del niño que yace escondido,

en el lugar donde las penas como olas y a la manifestación de catarsis temen,

donde la comida sabe ha hambre y felices humanos cantan tristezas,

allí donde ni mas ni menos sino allí puedo saborear la dulce luna plena noche.