Max Hernandez

Quédate a mi lado...

Sentado al borde del abismo,

cojo tu mano, y ya no siento nada.

Están tan frías, pero siguen tan dulces y tiernas,

Como cuando por vez primera

nos tomamos de las manos.

Ya ha pasado mucho tiempo,

Dejamos atrás muchas primaveras,

Muchas sonrisas placenteras.

También quedaron atrás fríos inviernos,

Donde con amor pudimos guarecernos.

 

El tiempo, insensible y cruel villano,

Pasa sin detenerse, y nos ha gastado.

Nuestros ojos han perdido los colores,

Nuestros labios, la frescura de antaño.

Han envejecido nuestros corazones,

Y poco a poco se silenció nuestro canto.

 Muchos amigos ya han partido,

y hemos llorado a seres queridos,

Se vistieron de luto nuestras almas,

Y llegamos al borde del abismo

Con tranquilidad y mucha calma.

 

Mas quiso la vida que así fuera,

Que seas Tú en partir la primera.

Me dejas solo en este rincón frío,

Deseando solamente irme contigo.

Ya apenas con dificultad respiras,

Pero pronuncias mi nombre

Entre gemidos y mil dolores.

Acaricio tus escasos cabellos,

Que siguen tersos y muy bellos,

Beso suavemente tus labios secos,

Tus ojos tristes, sonríen quedos.

\"Te amo\", susurras en silencio,

- No te vayas de mi lado! -

Es un grito ahogado en mi pecho.

Intentas un esbozo de sonrisa,

\"Pórtate bien, que te espero en el cielo,

Te estaré esperando junto a la Madre,

Y a nuestro infinito Padre eterno\".

Me dices con cariño, mientras

Acomodas mis hirsutos cabellos,

Que aunque escasos, siguen

Siendo rebeldes y tercos.

Arréglate un poco, me pides,

Y afeita esos escasos vellos.

Intentas sonreír, mientas yo

Me apoyo en tu frágil pecho...

 

El cruel sonido del silencio

Invade toda la habitación,

Te has ido, sin lamentos,

Sin llantos, sin quejidos,

Y aún estas sonriendo...

 

Las lágrimas ahogan mis lamentos,

mis palabras se quedaron

atrapadas en el frío lecho.

- No te vayas, amor mío, rezo,

Qué haré yo sin ti, en este cruel

Y solitario mundo estéril y seco?

Llévame contigo, no me dejes solo,

Que contigo mi corazón y mi alma,

mis ganas de vivir, se han muerto...