Muero lento en el infierno del recordar,
Sufro porque te llamo y no contestas.
El mundo que conocí se perdió en tu adiós.
Lloro cuando paseo por donde caminábamos.
En verdad te fuiste, dejando mi ser destrozado,
Tus labios sonrieron al ver mi llanto.
Cruel fuiste, y sin piedad volaste a otro lado.
Al marcharte tu canto se escucho más alto.
El reloj no marcha como antes,
Las manecillas solo avanzan sin sentido,
El tiempo se ha convertido en mi enemigo,
Cada minuto se vuelve sesenta segundos de lamento.
Adiós fue la palabra que me partió,
Cada que la vuelvo a escuchar,
Quisiera volver a ese momento,
Y tomarte de la mano para no soltarla jamás.
Viajar en el tiempo se ha vuelto mi sueño,
Reencontrar aquellos fragmentos.
Deleitarme de lo exquisito de tu cuerpo,
Disfrutar lo lindo de tus pensamientos.
Pero te fuiste coqueta y cobarde,
Cortaste mis alas, dejándolas arrumbadas.
Hoy tú vuelas, tal vez, sola o acompañada.
Yo solo veo el cielo por si en las brevedades pasas.