El erudito mira el firmamento con tristeza
se abruma por la belleza que alumbra su cabeza
porque algo en especial rompe el coro de luces.
¡Un cometa!
Emocionado y aturdido trata de verlo de cerca
antes de encontrar la forma, moriría
pero más lúcida era su astucia.
Su pasión es puente entre él y su cometa.
El Sembrador le dio un lugar sobre la Tierra
y al otro, donde sus pies tal vez jamás pisarían.
Cruza sus caminos, Él se apiada
su vosto se figura en la naturaleza oftálmica
Carece de sentido su realidad de antítesis
juzgarán su relación, los astros se burlan.
El cometa se aleja, se acaba el frenesí
retoma la calma la celestina bóveda.
Mi consuelo es el firmamento
la vida que me queda es mi dicha
viviré para contar nuestra historia.
¡Mi fugaz cometa!