Te pido perdón.
Debo reconocer que últimamente
no me he comportado
como un buen cristiano.
Todo el mal espiritual ocasionado
no ha sido intencional.
Fue porque he sido un egoísta.
Sabes que siempre reconozco mis errores.
Pero es obvio que tu silencio...
¿qué significa?
Tal vez que no me perdonas.
Tú que a través de las conversaciones
me has llevado por el camino del bien,
he torcido mis pasos,
y me estoy comportando
como un ser que no te mereces.
Creo lo mejor sería que cada uno
quede donde está.
Tú sin mí, y yo son Ti.
Tú en tu altar,
y yo aquí en la tierra.
Cuando esté delante de Ti,
cerrar tus ojos piadosos,
y no me tengas en cuenta.
Sería una lógica y acertada decisión.
Creo que estoy mereciendo
lo que me merezco.
Tu ausencia me entristece.
Desde que nací has estado a mi lado.
Pero hoy, por todo lo que
me está sucediendo...
pienso que me tienes abandonado.
Y lo acepto.
He hecho promesas de comportar
como siempre me has enseñado.
He tratado de seguir tus leyes.
Me consideraba seguro de ello.
Pero ha sido de mi parte,
una equívoca creencia.
Has visto en mí actitudes
que no he tenido que haber realizado.
No siempre tienes la obligación de perdonar.
Mi vida se ha convertido
en permanente obstáculos.
He pateado esas piedras,
y siempre Tú me has ayudado.
Ahora me doy cuenta
que nunca me ha sido tan difícil
separar esas piedras de mi camino.
Me ayudabas a sacarlas.
Me estás castigando
por mis erróneos comportamientos.
Y lo acepto.
Sé conscientemente que últimamente
te he defraudo.
Debo cambiar.
Lo he prometido varias veces...
Y lo he logrado.
Pero esta vez, si estás desilusionado,
te aseguro que también
lo estoy por desilusionar.
Siempre me has comprendido.
Siempre me has amado.
Caigo, y me levantas.
Tú conoces Señor mi corazón.
Estoy reconociendo las fallas
y trabas que estoy poniendo a mis días.
Al reconocerlas, no es que esté
haciéndolas a propósito.
Mi cerebro es el que
no anda bien.
Tienes tantas cosas en este mundo
para solucionar... pero nosotros
somos los que debemos ayudar
que tengas esa luz encendida,
para que nos conduzcas
por el buen camino...
Y nos dirijamos, sin titubeos...
Hugo Emilio Ocanto
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03/07/2016