Tú eres la idea de amor
que ya había olvidado,
la imagen que en las noches
la tranquilidad me robara,
la canción que ilumina la noche,
el latido del corazón silenciado,
un susurro que el viento ha disipado.
Llegaste un día y no te has ido
me tienes al borde del acantilado,
en el rayo y su estruendo,
en la mañana clara y su luz,
en la algazara de rumores
de mi corazón enamorado.
El mundo contigo no es el mismo:
es mezcla de languidez
y de perfecto erotismo,
amor en mestizaje de imágenes
y de ideas en cada momento,
el latir diferente, otra voz,
otra luz, otro presente,
eres el vaivén de las mares
del mar de amor que provocas,
olor a orquídeas bendecidas
dos senos de mujer,
un grito entre cristales,
y un resabio de despedidas.
Tú eres ríos de promesas,
columna de humo de cigarro,
fervor nunca marchito,
la letra del contrato nupcial,
y el erial de dos vidas.