Dedicado a G. I
Huir
para no dar
ninguna posibilidad
de ser rozada
por el aire
de su estela dulce:
vana estrategia
ante el miedo
que me desnuda;
aún con luz propia
el lirio que lleva
en sus manos es
la buena nueva
que esperaba
no sólo
por
su piel
morena
que
acoge
como
una madre
o por
la cascada
que vive
en sus
ojos