Un niño que no ha soñado,
es gris
como un amanecer nublado.
es frío
como una moneda en verano,
es hueco
como una marioneta de trapo,
es amargo
como una cerveza con limón,
es tranquilo
como una tarde de domingo,
es desconcertante
como una risa sin su payaso,
pero sobre todo es terco
como un niño que dejo de serlo
y se convirtió en joven adulto
por falta de sueño.